Hebreos 13:7-16

⁷ Acuérdate de tus jefes, de los que te hablaron la palabra de Dios. Considerad el resultado de su estilo de vida e imitad su fe. ⁸ Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre. ⁹ No os dejéis llevar por enseñanzas diversas y extrañas, porque es bueno que el corazón se fortalezca con la gracia, no con comidas, que no han beneficiado a los que se dedican a ellas. ¹⁰ Tenemos un altar del cual no tienen derecho a comer los que sirven a la Tienda^[a]. ¹¹ Porque los cuerpos de los animales cuya sangre es introducida en los lugares santos por el sumo sacerdote como sacrificio por el pecado, son quemados fuera del campamento. ¹² Así también Jesús padeció fuera de la puerta para santificar al pueblo con su propia sangre. ¹³ Acudamos, pues, a él fuera del campamento y llevemos el oprobio que él padeció. ¹⁴ Porque aquí no tenemos ciudad permanente, sino que buscamos la ciudad venidera. ¹⁵ Por medio de él, pues, ofrezcamos continuamente a Dios sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre. ¹⁶ No dejéis de hacer el bien y de compartir lo que tenéis, porque tales sacrificios son agradables a Dios.

John Davis