El Evangelio para la ciudad en Gn 39,1-41,57

José en Egipto (39:1-41:57)

Estos capítulos ponen de relieve la presencia de Dios y su providencia en la vida de José. A pesar de la injusticia y la traición de sus hermanos, José experimenta una gracia fresca que lo lleva a través de las pruebas del cautiverio y trae bendición a él y a otros en medio de sus problemas.

El Señor da gracia a José para huir de las seducciones de la mujer de Potifar; el Señor lo protege mientras está injustamente encarcelado, y finalmente lo exalta al segundo puesto más alto de Egipto.

Mientras la familia de la alianza permanece en la tierra de promisión, sufre atrocidades internas como en el caso de Onán, Tamar y Judá. Por otro lado, José, aunque exiliado de la tierra, trae bendición a las naciones. El Señor lo utiliza para preservar a Egipto de la devastación del hambre y, en última instancia, para preservar al pueblo de Dios de la devastación del hambre.

El nombre de Yahveh es ensalzado y honrado entre las naciones, pues José experimenta la presencia del Señor en sus penurias y permanece fiel a su Dios.

Lo que José experimentó en su penuria a través de la presencia del Señor, anticipaba el futuro don del Espíritu a través del cual se cumple la promesa de Jesús a sus discípulos: "Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo."

A diferencia de José, que fue desterrado a Egipto contra Su voluntad, muchos creyentes eligen vivir en los centros urbanos del mundo, creyendo que el Señor que preservó, protegió y prosperó a José en Egipto hará lo mismo con ellos. Así como Egipto era un lugar improbable para desempeñar un papel importante en la historia de la redención, los centros urbanos también pueden parecer lugares improbables para el avance del Evangelio.

Sin embargo, la gracia de Dios desafía las expectativas humanas. La plantación de iglesias suburbanas a menudo depende de la disponibilidad de espacio abierto, abundantes recursos, estabilidad económica, poblaciones homogéneas, etc. para asegurar el éxito de la plantación de iglesias. La demografía de la plantación de iglesias urbanas presenta un escenario, muy parecido a la experiencia de José en Egipto, que requiere un despliegue asombroso de la gracia de Dios, que por sí sola supera todas las expectativas humanas.

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El 10 de septiembre de 1970 comprendí el gran amor de Dios por mí, pecador y rebelde. Aquella noche recibí el perdón de Dios y una nueva vida a través de Jesucristo, que murió en mi lugar y resucitó para ofrecerme perdón y una nueva vida. He sido pastor principal por más de 30 años plantando dos iglesias en Buckingham, PA y Queens, NY y sirviendo otras dos iglesias en Brooklyn, NY y Roslyn, PA. Actualmente soy el pastor principal de Grace Church of Philly.

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