Creemos que el mandato claro de las Escrituras es bautizar a los que confiesan a Cristo como Salvador y Señor (Ro 10:9-10; Mt 28:19-20) y que este 'bautismo del creyente' es también el patrón más aparente en el Nuevo Testamento (Hch 2:42). Reconocemos que muchos de nuestros hermanos que comparten un compromiso similar con el evangelio de Jesucristo no están de acuerdo con nosotros en que bautizan a los hijos de padres creyentes. Lo hacen, basándose en un compromiso con la unidad del pacto de la Biblia y lo que ven como un paralelismo con la circuncisión de los bebés en el Antiguo Testamento y lo que creen que es el "bautismo doméstico" en ciertos pasajes del Nuevo Testamento (Hechos 16:31-32). Aunque estamos de acuerdo en muchos aspectos de la unidad pactal de la Biblia, reconocemos que la Nueva Alianza introduce cierta discontinuidad y con ella un nuevo signo de la Nueva Alianza.
El signo de la Antigua Alianza era en gran medida étnico, se colocaba a los niños sin que lo supieran, se asociaba a un pacto revocable y era específico del sexo, es decir, sólo a los varones.
El signo de la Nueva Alianza traspasa todas las barreras étnicas, es recibido voluntariamente por los creyentes, se asocia a un pacto irrevocable y reconoce la igualdad espiritual de hombres y mujeres.
Practicamos el "bautismo familiar" en aquellos casos en los que todos los miembros de la familia creen juntos y se regocijan juntos, como se indica en los pasajes del Nuevo Testamento en los que aparece.
Claramente, si tus padres te bautizaron porque creían que el agua podía lavar tus pecados, tus padres, aunque sinceros, no entendieron el evangelio. Además, si tus padres te hicieron bautizar creyendo que era una señal de una promesa de pacto de salvación eventual, aunque eran sinceros y bien intencionados en su compromiso con las Escrituras, creemos que malinterpretaron aspectos del Antiguo Pacto y del Nuevo Pacto. Creemos que debería ser su gozo personal declarar públicamente su compromiso de ser discípulo de Jesucristo recibiendo el bautismo de creyente, la señal de la Nueva Alianza. Si en algún momento usted llega a ser persuadido por la Escritura con respecto al bautismo del creyente, compartiríamos en su alegría administrando esta ordenanza a usted.